El arquitecto británico Norman Foster, cuyo estudio está presente en más de 20 países, ha animado hoy a los arquitectos europeos a buscar trabajo en los países emergentes, donde la construcción es un mercado en expansión.
Premio Pritzker en 2002 y Príncipe de Asturias de las Artes, ha reconocido hoy que su estudio, Foster+Partners, ha superado anteriores recesiones expandiéndose, pero también diversificando su producto para lanzarse al mundo de la infraestructura y el mobiliario.
«Es difícil salirse del terreno conocido, pero quienes sufrimos la austeridad europea tenemos que ver que la construcción es un mercado en expansión en otros países, donde hay carencia de arquitectos e ingenieros, por lo que les aliento a ir adonde la acción está teniendo lugar», ha dicho.
Foster, que ha participado hoy en Madrid en la presentación del Atlas de Arquitecturas del siglo XXI (Fundación BBVA), ha recordado que los periodos de prosperidad y depresión «parecen cíclicos» y se ha mostrado «optimista» con el futuro porque «si eres arquitecto tienes que creer en él».
También se ha apoyado en datos como que la construcción genera 125.000 millones de dólares (97.657 millones de euros) de ingresos anuales y que la previsión es que crezca un 65 % hasta 2020, si bien más de la mitad de este incremento se producirá en países de economías emergentes.
«Antes se construía más en América, ahora en China», ha apuntado Foster, quien también ha referido que los grandes despachos de arquitectura sólo representan el 0,2 % de los ingresos que genera la construcción, ya que el resto se reparten en estudios «que tienen una media de tres trabajadores».
No obstante, también ha manifestado que «en momentos difíciles se hace más con menos, se sacan fuerzas de flaqueza» y ha citado como ejemplos el Empire State, el edificio Chrysler o la Plaza Rockefeller, emblemas de Nueva York construidos durante la Gran Depresión.
Asimismo ha opinado que se trata «más de una actitud mental que económica», ya que mientras Londres «está perdiendo peso» en el transporte aéreo internacional, Hong Kong o Pekín lo están ganado «porque abordan los problemas de forma más osada, como Norteamérica en los años treinta».
«Al comparar Reino Unido con países de economías emergentes se ve en estos más claridad en la toma de decisiones, una voluntad política de tomar las decisiones con valentía», ha añadido, para defender a continuación que «la decisión de no hacer algo también tiene repercusión económica».
El creador de obras emblemáticas como la reconstrucción del Reichstag de Berlín, la Torre de Collserola en Barcelona o la sede del Hong Kong and Shanghai Bank ha aseverado que la arquitectura tiene «enormes retos a nivel mundial», especialmente en materia de mejorar la calidad de vida de las personas con infraestructuras.
En este sentido, ha subrayado que «el 12,5 % de la población mundial no tiene acceso al agua potable, el 40 % no dispone de sistemas de control de las aguas albañales, cien millones de personas carecen de una vivienda digna y una cuarta parte de la población no tiene acceso a la energía».
Por ello ha defendido la arquitectura «como algo más allá de hacer un refugio, algo que habla de proceso social».
También ha dedicado unas palabras a su colega Oscar Niemeyer que, con 104 años permanece internado en un hospital de Río de Janeiro con un tratamiento de hemodiálisis por el agravamiento de sus funciones renales, y cuya obra le «inspiró» para ser arquitecto.
De su obra ha destacado «su impronta muy personal y hermosa, el uso del lenguaje de la escultura, las formas voluptuosas… Es la celebración del espíritu humano», así como que se haya dilatado «tanto y con tantos cambios sociales y tecnológicos».
Fuente: Terra.com.ar